Y a la Virgen María le decimos:
Oh Dulce Corazón de María, sé la salvación mía.
AMBIENTACIÓN:
Hay situaciones complicadas.
Dios está atento a ellas y sufre por las cosas que nos pasan porque somos sus hijos.
Sentirse en la piel de otro, una capacidad que los cristianos debemos ejercitar.
Sentir compasión como hacía Jesús e intentar cambiar algo.
Ser capaces de perdonar y pedir que no haya rabia es un gesto sorprendente y precioso ante algo malo. La madre del niño Gabriel, ha pedido justamente eso.
ORACIÓN:
Oramos (rezamos) por las familias que lo estén pasando mal y por un niño que se llama Julen que está en el cielo.
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